![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJXQ5mh_uQv4mHyCS6exyB-PsFrfRel7cUiPeacxfP3mQXcfAGPRcRkx5qNONMzh-d80yVdGFXsy67I9gj1TRhyphenhyphen1fldbkpDU1XjaGaGtdJiuMqk4q3d97AT-MOB8xGFGyiKbWFYBvtZeU/s1600/FrioocalorComotratarlaslesiones-690x450.jpg)
¿Me pongo frío o
calor? El uso de crioterapia o termoterapia (aplicación de frío o calor con
fines terapéuticos) depende mucho del tipo de lesión y del tiempo que ha
transcurrido desde que se produjo. Si alguna vez te has planteado esa pregunta,
te interesa mucho este artículo.
¿Cuándo aplicar
hielo?
Cuando hay una
lesión por contusión o sobresolicitación de nuestro sistema músculo-esquelético
que produce muerte de células. Inicialmente aparece dolor, un edema o,
incluso, un hematoma. Y pasados unos diez minutos, se produce una
vasoconstricción que ayudará a la coagulación de la zona. Posteriormente,
durante los siguientes tres o cuatro días, permanece un enrojecimiento, una
temperatura local más alta, tumefacción, dolor o incluso pérdida de función. La
posible inflamación de la zona dependerá del daño muscular, de la hemorragia
sufrida y de la cantidad de suero filtrado a través de los vasos sanguíneos
sanos.
En este tipo de
situaciones post-traumáticas agudas es recomendable aplicar frío. Pero no son
las únicas. También es aconsejable su uso en afecciones que cursan con dolor
(después de una intervención quirúrgica, por ejemplo) y procesos inflamatorios.
Podemos aplicar
frío a muchos tejidos: músculos, tendones, ligamentos, huesos, tejido
conjuntivo, vasos sanguíneos e incluso nervios.
¿Qué pasa cuando
aplicamos frío?
Se producen efectos
fisiológicos sobre el organismo que facilitan el proceso de recuperación tras
una lesión: disminución del metabolismo tisular local, disminución del edema y
la inflamación, disminución del espasmo muscular, disminución del dolor,
vasoconstricción…
¿Frío o hielo?
Ponerse hielo es la
forma más clásica de crioterapia, pero lo realmente efectivo es aplicar frío,
no importa en qué formato. De hecho, debemos protegernos de la aplicación
directa de hielo porque puede llegar a quemar la piel. La temperatura del frío
dependerá de la profundidad a la que queramos llegar.
Existen muchos
medios de aplicación para la crioterapia: bolsas de hielo convencionales, cold
packs, bolsas de hielo químicas desechables, toallas o paños húmedos
refrigerados, baños fríos, sprays de vapor frío, geles fríos e incluso
crio-masaje o crio-cinética.
Los baños de agua
fría son efectivos para aplicar frío de una forma más global, especialmente
cuando se han producido pequeños y numerosos microtraumatismos. Hace años eran
muy numerosos los atletas que los tomaban de forma sistemática, como un modo de
aumentar su rendimiento, pero esa no es su función. Sólo pueden aumentar el
rendimiento en la medida en que contribuyen a recuperarse mejor de los
microtraumatismos.
Podemos conseguir
un “almohadilla fría” mucho más manejable introduciendo en el congelador una
bolsa de goma con mezcla de dos partes de agua y una de alcohol que evita que
se congele y por lo tanto elimina la rigidez.
¿Cuánto frío
aplicar?
Existen diversos
criterios en cuanto a la duración del tratamiento del tratamiento más adecuada.
Estos son algunos:
- 1ª opción: De 10 a 20 minutos 2-4 veces al día.
- 2ª opción: De 20 a 45 minutos cada 2 horas. Total 7 u 8 veces al día.
- 3ª opción: De 15 a 20 minutos de aplicación, repitiéndolo cada 10 minutos durante dos horas, tres o cuatro veces al día en las primeras 48 horas. De 12 a 20 veces al día.
Dependiendo de la
gravedad y localización de la lesión, de la persona y su ritmo de vida se
aplicará frío con más o menos frecuencia, y con más o menos duración. Lo cierto
es que es que normalmente aplicamos a nuestras lesiones menos frío del que
sería deseable. En contusiones muy leves seguramente con una simple aplicación
post-traumatica sería suficiente pero en muchas otras el tratamiento debería
llegar hasta las 72 horas.
¿Cómo se aplica el
frío correctamente?
Comprueba que no
existen contraindicaciones para la crioterapia en tu caso o tu lesión.
No lo utilices
directamente sobre heridas o lesiones dermatológicas.
Coloca sobre la
piel alguna protección (paño o venda ligeramente humedecida) para evitar
que el contacto directo sobre la piel pueda quemarla.
Coloca la bolsa de
hielo o cold pack sobre la protección.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxo2F_CwOvpIFVNU_NkMsBbZAvWXG2hrTVyl6BhhXSGV87DvLc-qQri-9-G39VCiGzRJHLX5olx03AzEynXn_jkrNtMo_R6NOTprYOU5yjhCxBK52ESSfyuMeNMWhVsBuvjVC61b6aPkQ/s1600/57306211_XS.jpg)
¿Y CUÁNDO ME PONGO
CALOR?
Los medios
termoterápicos se han utilizado desde tiempos muy remotos, pero aún no existe
consenso en las metodologías de aplicación. Se utiliza frío, calor o la
alternancia de ambos tanto en la práctica terapéutica tras un traumatismo como
en el ámbito deportivo. Todos estos sistemas, aunque por mecanismos diferentes,
pueden romper el ciclo muscular de dolor-espasmo-dolor y reducir la
inflamación.
La termoterapia
suele ser más eficaz en el periodo postagudo de esguinces, distensiones y
contusiones, es decir, cuando ya han transcurrido al menos 72 horas desde
que la lesión se produjo. Tiene leves propiedades curativas, produciendo una
relajación general de la tensión y el espasmo muscular.
Si se pretende ganar
movilidad articular en articulaciones con amplitud limitada, la realización de
movilizaciones o estiramientos debe realizarse de forma inmediata al
calentamiento de los tejidos.
¿Qué pasa cuando
aplicamos calor?
El calor aumenta la
distensibilidad de los tejidos colágenos, disminuye la rigidez articular,
reduce el dolor y la inflamación, alivia el espasmo muscular y aumenta el flujo
sanguíneo, por esos puede ayudar a tratar diversas patologías. Está indicado
en:
- Afecciones dolorosas en general
- En contracturas y dolores músculoesqueléticos, puesto que el dolor está relacionado con la isquemia (disminución del riego sanguíneo) producida por la vasoconstricción del músculo contracturado, que puede disminuir con la aplicación de calor.
- En afecciones que cursen con acortamiento de los tejidos cercanos a la articulación, cicatrices retráctiles, afecciones o rigideces articulares.
- En procesos inflamatorios subagudos y crónicos.
- En reumatismos crónicos como la artrosis, siempre que no estén en una fase de brote agudo.
¿Cómo se aplica
calor correctamente?
- Comprobar que no existan contraindicaciones.
- No aplicar directamente sobre heridas, infecciones, tumores o lesiones dermatológicas.
- Nunca aplicar inmediatamente después de una lesión.
- Colocar sobre la piel alguna protección.
- Poner una toalla o venda seca para disminuir el efecto de enfriamiento por el aire ambiental.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario