La alimentación debería resumirse en tres palabras: sencillez,
saciedad, y placer. Pero, ante la multitud de reglas y de modos de
alimentación, la hora de las comidas suele convertirse en una fuente de estrés,
más que de placer. Por esta razón, proponemos volver a los principios básicos para una alimentación sana y
deliciosa.
Consejos a la hora de alimentarnos
·
Optar por alimentos que existen desde siempre.
En otras palabras, dar prioridad a los
"verdaderos" alimentos, los que la naturaleza produce, más que a los
alimentos empaquetados: el pan y los cereales de grano integral, el arroz
integral y la quínoa.
·
En nuestra dieta no deben faltar las proteínas de forma moderada.
Contrariamente a la creencia popular, se ganaría al
considerar las proteínas animales como un condimento, y no como el corazón de
una comida. La porción de carne en el plato no debería superar entre los 85 y
los 115 gramos, y las verduras deberían ocupar los dos tercios o más del plato.
·
Elegir las frutas para endulzar los platos.
Conviene saber que el organismo humano no ha
aprendido a digerir los ingredientes aislados. Esto explica que los dulces y
las sodas se hayan convertido en los grandes responsables de la obesidad en los
países desarrollados. Después de una comida, en vez de un postre rico en
azúcar, se debe optar mejor por una fruta, para satisfacer los antojos.
·
Comer con moderación.
En efecto, es tan importante estar atento a lo que
se come como a la cantidad de lo que se come. Levantarse de la mesa una vez
saciados (antes de comer demasiado), evitar saltarse las comidas, alejarse del
despacho para comer, y optar por frutos secos en caso de necesidad. Estos
hábitos sencillos son ideales para recuperar el dominio del plato, del cuerpo y
de la salud.
Consejos a la hora de comprar los alimentos
·
Evitar los pasillos centrales de los supermercados
Cuando se va al supermercado, se debe comenzar por
la sección de las frutas y verduras. Después, se debe ir al centro de la tienda
para encontrar los alimentos y cereales de grano integral, y alejarse de los
pasillos donde se encuentran los culpables de la alimentación: las bebidas a
base de gas y azúcar, los alimentos empaquetados, y los dulces
.
·
Leer las etiquetas nutritivas.
Incluso si la información alimenticia es exagerada,
sigue siendo indispensable leer las etiquetas nutritivas de los alimentos que
se encuentran a disposición de los consumidores. El hecho de saber exactamente
lo que contiene el plato puede ayudar a prevenir enfermedades graves que
afectan al corazón, o relacionadas con la diabetes.
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