jueves, 17 de abril de 2014

Abdominales isométricos: como trabajar el transverso abdominal

Los abdominales siempre han sido motivo de preocupación para muchos deportistas y personas en general. Bien sea para un fin estético, de salud o de rendimiento, siempre han estado ligadas a muchas dudas y opiniones.

El músculo abdominal es un músculo esquelético, o sea, es de contracción voluntaria (aunque puede contraerse involuntariamente), facilita el movimiento y mantiene la unión hueso-articulación a través de su contracción. Exactamente igual que el pectoral, el dorsal, el cuadriceps, el bíceps…

¿Verdad que no tiene sentido hacer 500 repeticiones de pectoral en una sesión de entrenamiento?

 Pues tampoco tiene sentido hacer 500 abdominales seguidas. Y menos sabiendo que cuando nos levantamos de una silla ya estamos trabajando esta zona, cuando andamos también y evidentemente cuando trabajamos con las pesas, independientemente del ejercicio que hagamos, también involucramos (y mucho), nuestro abdominal.

Una cosa es que seamos deportistas de élite y debamos tener la zona abdominal super trabajada y desarrollada. Según el tipo de deporte (nadadores de larga distancia, gimnastas…), pueden llegar hacer miles abdominales al día. Es lo que necesitan para poder tener un cuerpo de “élite” y poder competir en condiciones. Pero para lo que tenemos como objetivo un fin puramente estético y de salud deberíamos enfocarlo de una forma diferente.

Para empezar, debemos saber que la zona abdominal está compuesta por el recto abdominal, el oblicuo interno y externo y la musculatura transversal. Cuando trabajamos los abdominales de una forma tradicional estamos incidiendo básicamente en el recto abdominal y los oblicuos.

¿Pero, qué ocurre con el músculo transversal o transverso abdominal?

El transverso abdominal es el músculo más profundo de los abdominales: Una especie de faja que recubre todas nuestras vísceras desde las vértebras lumbares (donde se origina) hasta el abdomen, donde queda insertado por debajo de los oblicuos y del recto abdominal, presionando los órganos intestinales hacia dentro y protegiendo la salud de la columna vertebral (esta presión es lo que hace que disminuya nuestro perímetro abdominal y haga que marquemos más).

Se activa automáticamente en acciones reflejas como toser o reír, pero el resto del día tiende a relajarse, ya que no trabaja en absoluto en posiciones sedentarias (sentado o quieto), cada vez más habituales en los empleos actuales.
Un transverso abdominal trabajado da una mejor alineación postural de la espalda y una cintura más esbelta. El trabajo de este músculo no nos hará tener menos barriga, pero como he dicho antes, nos ayudará a tener más marcado nuestro abdomen.

El trabajo del abdominal transversal es a través de las contracciones isométricas (sin movimiento). Son contracciones para mantener una posición estática específica. En todo momento el músculo está trabajando, no hay descanso, por lo que la intensidad del ejercicio es elevada.

Al principio nos contará mantener la postura que estamos trabajando. Si llegamos a mantenerla 30 segundos ya sería todo un éxito, y si somos capaces de llegar a los 2 minutos será señal de que tenemos unas abdominales de hierro.
Así pues, para una buena rutina de trabajo, por un lado no deberíamos olvidar los abdominales tradicionales (yo los dejaría más para deportistas, con un objetivo de poder rendir un poco más en su disciplina)  y por otro los abdominales isométricos deberían tener cada vez  mayor importancia en nuestras sesiones de entrenamiento y son aptos tanto para un punto de vista de salud, como de estética y de rendimiento.

Simplemente debemos tener en cuenta si somos hipertensos. En este caso, mejor no practicar los isométricos ya que al ser una contracción mantenida en el tiempo hace que se nos  acumule un exceso de tensión arterial al no entrar la sangre en el músculo que nos podría ser  perjudicial





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