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En primer lugar,
quiero destacar que tanto para los adultos como para los bebés, el consumo de
azúcar a lo largo de cada día debe ser moderado, ya que, en exceso, puede ser
perjudicial para nuestra salud y causarnos enfermedades como diabetes, obesidad
y otras enfermedades cardiovasculares. Los adultos somos mayorcitos para
controlar nuestros impulsos, pero a un bebé debemos educarlo nosotros
desde el principio.
¿Cuándo es recomendable introducir el azúcar
en la dieta del bebé?
En primer lugar,
cabe destacar que la glucosa es un hidrato de carbono simple, concretamente un
monosacárido elemental que se encuentra normalmente en la sacarosa (azúcar) que
consumimos. Cuando consumimos glucosa, esta se queda en el torrente sanguíneo y
pasa por un proceso mediante el cual se traslada hasta el hígado para
producir energía y el exceso se almacena en forma de grasa.
Las fuentes donde
podemos encontrar el azúcar son muy diversas, no es lo mismo consumir azúcar de
caña que consumir una manzana (la cual también posee azúcar en forma de
fructosa y glucosa). A pesar de ser dos fuentes de azúcar y aportar ambas
calorías en forma de carbohidratos, para nuestro organismo la función y el
metabolismo que se produce con ellas no es el mismo.
En cuanto al
consumo calórico total de un bebé, se estima que son necesarias 40
Kilocalorías por cada 2,5cm de altura. Es decir, un niño que mida 75cm de alto
necesitará consumir unas 1200 Kilocalorías por día para tener una buena salud.
Cabe destacar que están en edad de crecimiento.
La ingesta diaria
de azúcar en los niños de 1 a 3 años debe ser como máximo de unos 17
gramos de azúcar al día. Lo que supondría un siete u ocho porciento de las
kilocalorías totales que necesitaría nuestro bebé.
El azúcar escondido en los alimentos
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Por ejemplo, cuando
compramos jamón serrano envasado, si leemos el etiquetado nutricional nos
daremos cuenta de que uno de los ingredientes que posee precisamente es azúcar. Os
animo a que leáis las etiquetas de los alimentos que compréis e
identifiquéis cuánto azúcar poseen.
Además de azúcar,
en ocasiones los ingredientes suelen ser jarabe de maíz de alta fructosa,
concentrado de zumo de fruta, sacarosa, glucosa, dextrosa, jugo de caña, malta,
melazas, lactosa, miel, etil maltol y maltodextrina. Son otros nombres que
posee el azúcar.
Algunos ejemplos de
alimentos en los que podemos encontrar alto contenido en azúcar serían los
siguientes:
- Yogures: sin citar ninguna marca, os puedo asegurar que por ejemplo un yogur anunciado para niños, contiene de media unos 16g de azúcar, prácticamente el total de azúcar recomendado para un bebé. Además la OCU ya indicó su pensamiento respecto a este tipo de productos.
- Galletas: muchos pediatras recomiendan introducir de una a tres galletas al día. Cada 100g de galletas tenemos 69g de carbohidratos, de los cuales aproximadamente 24g son azúcares.
- Leches de fórmula: según varios análisis, las leches de fórmula contienen entre un 28% y un 54% de sus calorías totales procedentes de azúcar.
- Papillas: muchas papillas de bebé también tienen un exceso de azúcares que en conjunto con el resto de alimentos del día pueden hacer que nuestro bebé esté consumiendo un exceso muy elevado de azúcares a diario.
Consecuencias del exceso de azúcar en bebés
Como ya hemos
comentado en repetidas ocasiones, un exceso de azúcar siempre es negativo
para nuestra salud, tanto si somos bebés como si somos ancianos. La gran
ventaja que tenemos con los bebés es, que ellos no conocen inicialmente
los sabores de los alimentos, con lo cual, no puede no gustarle algo porque le
sepa "insípido".
Está en manos de
los padres el generarle buenos hábitos o en crearles una adicción desde al
azúcar desde pequeños. La recomendación por parte de los tradicionistas es el no
añadir azúcar, ni sal a los alimentos puesto que es mucho más saludable
para el bebé que se acostumbre al sabor natural de los mismos.
Si un bebé consume
demasiado azúcar, también su consumo calórico total será superior al que gasta
durante el día, lo que provocará que este se almacene en forma de grasa y así el
bebé aumentará de peso en exceso.
Este descontrol
además provoca que el páncreas tenga que producir más insulina para absorber
una cantidad pequeña de azúcar en sangre y esto puede producir una hipoglucemia
e incluso, si no logramos controlarlo, una diabetes posterior. Además, el
crecimiento del niño puede verse afectado, ya que, el exceso de azúcar provoca
una mala oxigenación celular y una mala coagulación.
Además, cabe
destacar que los primeros años de nuestro bebé, determinarán el número de
adipocitos que poseerán a lo largo de su vida. Si nuestro bebé engorda en
exceso, se producirá una hiperplasia de los adipocitos, esto quiere decir, que
se generarán más células con la capacidad de almacenar más grasa, que nunca
más podrán reducirse a lo largo de toda su vida.
Algunas recomendaciones generales
En definitiva,
debemos ser cautos con la alimentación que aportamos a nuestro bebé, ya que, de
nuestras decisiones iniciales va a depender totalmente la salud de nuestro bebé
a lo largo de su vida.
Debemos intentar generar
hábitos saludables desde que nacen, procurando aportarle una alimentación
equilibrada en macronutrientes y calorías, obteniendo los azúcares de fuentes
más deseables como frutas y verduras, intentando eliminar las fuentes de
alimentos industriales con exceso de azúcares.
Todos aquellos que
sean padres, tienen en sus manos la salud de su bebé y sus decisiones
determinarán que el bebé crezca de forma sana y saludable, siendo más fácil
mantener dicha salud a lo largo de los años o podrán generar obesidad, diabetes
y otras enfermedades derivadas de una malnutrición. Debemos recordar que un
niño gordo, no es un niño sano (como antaño se pensaba).
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