Las vitaminas son
micronutrientes esenciales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para
realizar sus diversas funciones. Estas se dividen en dos grupos: las
solubles en agua (vitaminas del complejo B y C) y las
vitaminas liposolubles (A, D, E y K).
A diferencia de las vitaminas solubles en agua que necesitan
reemplazo regular en el cuerpo, las vitaminas solubles en grasa se almacenan
en el hígado y tejidos grasos, y se eliminan mucho más
lentamente que las vitaminas solubles en agua.
Se necesitan pequeñas cantidades de vitamina A, vitamina D,
vitamina E y vitamina K para mantener una buena salud. El cuerpo no necesita
estas vitaminas todos los días y los almacena en el hígado y el tejido adiposo
(grasa) cuando no se utilizan. Las autoridades sanitarias advierten que con
adoptar una dieta normal y bien equilibrada no
tendremos que ingerir suplementos.
Vitamina A. También llamada retinol, tiene entre sus funciones, además de
ayudar a los ojos a adaptarse a los cambios de luz, desempeña un papel
importante en el crecimiento óseo, el desarrollo de los dientes, la
reproducción, la división celular, la expresión génetica y la regulación del
sistema inmunológico. La piel, los ojos y las membranas mucosas de la
boca, la nariz, la garganta y los pulmones dependen de la vitamina A para permanecer húmedas. También es un antioxidante
importante para la prevención de ciertos cánceres.
Las señales con las que podemos determinar si la necesitamos
pueden tardar hasta 2 años en aparecer puesto que la vitamina A se almacena en
el hígado. La ceguera nocturna, la piel muy seca y áspera puede indicar
una falta de vitamina A. Otros signos de una posible deficiencia de
vitamina A es la disminución de la resistencia a las infecciones, un desarrollo
dental defectuoso, y un crecimiento óseo más lento.
Vitamina D. Desempeña un papel crítico en el uso por parte del cuerpo del
calcio y el fósforo. Funciona al aumentar la cantidad de calcio absorbido en el
intestino delgado, lo que ayuda a formar y mantener los huesos. La vitamina D beneficia el cuerpo, jugando un papel
fundamental en la inmunidad y el control del crecimiento celular. Especialmente
los niños necesitan cantidades adecuadas de vitamina D para desarrollar huesos
fuertes y dientes sanos.
La deficiencia de vitamina D en adultos puede
desencadenar la osteomalacia y la osteoporosis. Como la
mayoría de los alimentos tienen niveles muy bajos de vitamina D (a menos que se
enriquecen) su deficiencia aparece cuando no se desarrolla una adecuada
exposición a la luz solar. Adición de alimentos fortificados en la dieta, tales
como leche, y para los adultos los suplementos, son eficaces para garantizar la
ingesta adecuada de vitamina D y la prevención de los niveles bajos de vitamina
D.
La falta de esta vitamina se ha asociado con un mayor riesgo
de desarrollar cánceres comunes, enfermedades autoinmunes, la hipertensión y
las enfermedades infecciosas.
Vitamina E. Beneficia el cuerpo al actuar como un antioxidante, y
protege las vitaminas A y C, las células rojas de la sangre, y los ácidos grasos. La escasez de vitamina E es rara. Estos casos por lo
general sólo ocurren en bebés prematuros y en aquellos que no pueden absorber
las grasas. Dado que los aceites vegetales son buenas fuentes de vitamina E, al
reducir en exceso la grasa de la dieta, no podemos obtener suficiente vitamina
E.
Vitamina K. Es producida naturalmente por las bacterias
en los intestinos y desempeña un papel esencial en la coagulación normal
de la sangre, promoviendo la salud de los huesos, y ayudando a
producir proteínas de la sangre, los huesos y los riñones.
Sin cantidades suficientes de vitamina K, puede ocurrir
una hemorragia. Nos podemos percatar de que no tenemos
suficientes cuando no mostramos una buena coagulación de la sangre.
Las personas que toman antibióticos como parte de
tratamientos prolongados, pueden carecer de la vitamina K temporalmente porque
las bacterias intestinales a veces mueren por su uso a largo plazo. Además, las
personas con diarrea crónica pueden tener problemas para absorber suficientes
cantidades de vitamina K a través del intestino y se debe consultar a su
médico para determinar si la suplementación de estas, es necesaria.
Vitamina B12. El cuerpo humano necesita la vitamina B12
para producir glóbulos rojos, que son los que
transportan oxígeno por todo el cuerpo. Normalmente, la vitamina es absorbida
por el sistema digestivo. No tener suficiente vitamina B12 puede provocar
anemia, lo que significa que nuestro cuerpo no tiene
suficientes glóbulos rojos para hacer su trabajo. Los síntomas de la anemia
entre otros son mucha debilidad, sueño permanente, cansancio, daños
nerviosos y afecciones de la memoria y el pensamiento.
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